Celebraron una boda por todo lo alto. Cuando llegaron a casa, el gato se abalanzó sobre la Ratita y se la comió.

-¿Quién tiene la culpa de este final?

-Ella.

-Ella, por presumida.

-Ella por haberse fijado en el exterior y no en el interior.

“Cambia el cuento” nació en el cuento que os presentamos hoy.

Soy Cristina Vila, creadora de este Cambia el cuento y estoy muy emocionada de explicarte que la semilla de este proyecto que sembré hace más de 4 años, ve hoy la luz a través de este cuento: La Ratita Presumida.

Ratita Presumida siempre quedó allí, en mi mente, aunque sabía que algún día llegaría la oportunidad de crearlo. Y se ha dado en un entorno precioso: Segovia.

Los argumentos que escuchaba de criaturas y gente adultas, responsabilizando a la Ratita de su propia muerte, me impactaron tanto que pensé: esto lo tengo que explicar al mundo.

 

¿De qué manera caló que la responsable de su propio final era ella?

Eso se debía explicar, sin culpar, sin juzgar las respuestas de las criaturas porque eran totalmente espontáneas e inconscientes. Debíamos explicarlo para sacar un aprendizaje y desgranar cómo había llegado aquel mensaje a tantos niños y niñas, a tantas mujeres, de distintas generaciones y culturas.

Auella culpabilización tan directa hacia Ratita me hizo saltar las alarmas. Pero no nos debe extrañar que suceda porque

la cultura patriarcal lo impregna todo, también los cuentos, nuestra subjetividad, nuestro imaginario desde la infancia y acaba transformando la desigualdad y la violencia machista en algo natural. 

Sin embargo, la violencia machista no es natural en los animales (humanos o no humanos), como sí lo es la agresividad (entendida como un impulso para la supervivencia) que puede tener el gato, para devorar a sus presas. La violencia machista se aprende culturalmente, a través de la educación desigual que recibimos niñas y niños. 

¿CON QUÉ NARRATIVAS HEMOS CRECIDO?

En general, conocemos muchas de las historias que hay detrás de muchos cuentos. Este conocimiento nos permiten conectar con un tema, un problema, una situación…  y sacar un aprendizaje.

A través de los cuentos podemos hacer un trabajo maravilloso como es el de reflexionar en:

¿Cómo lo podíamos haber resuelto para no acabar de aquella forma, con violencia?

 Y es que tendemos a querer parecernos a aquello que vemos en las historias. A través de los cuentos podemos hacer un repaso de cuáles han moldeado nuestra subjetividad y nuestro imaginario desde la infancia.

¿Cómo han condicionado nuestra vida?

¿Qué referentes hemos tenido las mujeres?

¿Cómo nos han influenciado?

En prácticamente todos ellos las mujeres dedican tiempo a buscar pareja, parece que solamente piensan en enamorarse, a colocar al otro en el centro de sus vidas, a aspirar a ser unas mujeres ejemplares, física y moralmente. Y estos mensajes no han sido inocuos porque todas estas historias han condicionado nuestra visión del mundo, nuestras relaciones y nuestra propia construcción como seres humanos.

La escritoria Ana Cristina Herreros explica que el gran problema de la tradición oral es que la mayoría de las historias han sido recogidas por hombres relacionados con la Iglesia, por lo que transmitieron las versiones que les parecieron afines a sus intereses. Es decir, usar los cuentos en la formación de mujeres sometidas al hombre, como auténticos ángeles del hogar. Los valores que, desde la mirada patriarcal, ellos consideraban los adecuados.

Entonces, ¿qué mejor manera que revertir estas situaciones, utilizando los mismos cuentos para identificar el sexismo, los estereotipos y las relaciones de poder que subyacen en estos cuentos? ¿Qué manera más agradable de cambiar el cuento a través del propio cuento?

Títeres de “Ratita Presumida” de la compañía de teatro familiar, Festuc Teatre.

Ilustración de Alessandra Manfredi.

Con la colaboración de Logos Edizioni.

¿POR QUÉ HEMOS ESCOGIDO A RATITA PRESUMIDA EN ESTA OCASIÓN?

1. PARA MOSTRAR QUE LA VIOLENCIA MACHISTA SÍ TIENE GÉNERO

El cuento está basado en una protagonista femenina que prácticamente no habla y es la única mujer del cuento. Ratita es devorada por su pareja, el gato y, por lo tanto, muestra las violencias machistas que sufrimos las mujeres por el hecho de ser mujeres, en todas las culturas, edades, clases sociales y en todos los entornos, también el rural.

Hablamos de una violencia basada en siglos y siglos de relaciones desiguales de poder entre mujeres y hombres.

Hablamos de una violencia que es estructural, eso significa que es la propia sociedad la que la produce y la reproduce hasta normalizarla a través de la educación, de la familia,  de los medios de comunicación, de la escuela…

Hablamos de una violencia que no empieza de un día a otro. Para que el gato acabara con su vida, se tuvieron que dar un conjunto de prácticas desiguales, normalizadas, basadas en una posición de poder del gato sobre ella. Por este motivo es tan importante ver las raíces de esta violencia, para poderla prevenir.

2. PARA DESMONTAR LA IDEA DE “TU CASTIGO ES POR TU MALA ELECCIÓN” Y HABLAR DE LA SORORIDAD.

Éste es el mensaje que transmite este cuento:

escoge bien, no seas una mujer demasiado exigente y superficial a la hora de buscar marido porque, si te equivocas, recibirás el castigo correspondiente: serás devorada por tu pareja, en este caso, por el gato.

Un mensaje que hemos recibido mujeres de todas las generaciones y culturas. En algunos sitios se nos come una serpiente, un león o un gato pero la moraleja es la misma:

a las mujeres se nos comen por elegir mal, no porque haya gatos educados en pensar que tienen derecho a imponser sobre nosotras el poder, psicológica, sexual y físicamente. 

¿Qué lección subyace de este relato?

La lección que pretende que llegue a las mujeres es, como explica Ana Cristina Herreros:

Hay que hacer caso a las señales porque, si no lo cumples como la ratita, puedes acabar devorada por un ser animalesco.

Sin embargo, en lo que llevamos de año, 40 ratitas humanas han sido devoradas (asesinadas) por sus parejas o exparejas. Desde 2013, más de 1.100 mujeres han sido asesinadas 

 

El mensaje dirigido a las abuelas, a las madres y a las nietas.

¡Qué es tan importante romper el silencio y compartir la propia experiencia con otras mujeres! Pero todo empieza a cambiar cuando dos mujeres hablan, cómo pasó con esta abuela y su nieta.

Por este motivo, en el video mostramos la SORORIDAD (la hermandad entre mujeres) a través del diálogo que se construye entre una abuela y una nieta. Hablemos, hablemos y hablemos entre nosotras, con nuestras madres, con nuestras hermanas, con nuestras tías, con nuestras amigas para tomar conciencia de nuestras vivencias como mujeres y poder cambiar el relato cultural.

4. PARA VISIBILIZAR LA VIOLENCIA MACHISTA EN EL MEDIO RURAL Y SITUAR EN EL CENTRO EL APOYO DEL ENTORNO

En esta pieza queríamos tratar otro tema muy importante: la violencia machista que se produce en el medio rural. La violencia que sufren las mujeres en estos entornos se caracteriza por su larga duración, invisibilidad, la falta de anonimato y la dificultad de acceso a los recursos de protección, la mayor dependencia económica. A la hora de que una mujer pueda tomar la decisión de salir de una situación de violencia, le supone un gran esfuerzo. De aquí la importancia del entorno en respaldar su situación, a no juzgarla por decidir sobre su propia vida y poder salir del espiral de violencia.

3. PARA CONOCER LOS MANDATOS DE GÉNERO DIRIGIDOS A LAS MUJERES: ¿QUÉ LES OCURRE A LAS PROTAGONISTAS DESOBEDIENTES”

La Ratita Presumida nos permite conectar con otras protagonistas femeninas presentes en los cuentos y en los mensajes que han recibido.

Como explica Ana Cristina Herreros, filóloga y especialista en literatura tradicional, escritora, editora, narradora oral:

“El cuento pretende advertir a las niñas de que es aconsejable que los ratones no se casen con los gatos, pues ¡todo ratón sabe que los gatos se comen a los ratones! El cuento pone en valor la importante decisión de las mujeres en elegir hombres que las traten bien”.

Por lo tanto, la intención del cuento da capacidad de agencia a las mujeres pero únicamente en esta cuestión y no en el resto de ámbitos donde pueden ser independientes.

¿Cómo devoran los monstruos o animales de los cuentos a las niñas desobedientes?

¿Qué pasa con las niñas rebeldes, soberbias, tozudas, zánganas o demasiado exigentes?

En muchos cuentos acaban en la cama con una serpiente gigante, un cerdo, un lobo, un gato. De hecho, el cuento de la “niña o mujer desobediente” es muy recurrente en la literatura de transmisión oral de todo el mundo y ha dado lugar a diferentes variaciones sobre el tema:

La joven abandona el pueblo, desobedece los consejos, entra en el bosque, se encuentra un ser indómito, fuerte, viril, preparado para asaltarla y devorarla, como Caperucita.

De la misma forma que la niña demasiado exigente, la niña difícil, que no admite a ningún hombre por marido, acostumbra a acabar emparejada con un ser animalesco, como le sucede a Ratita Presumida.

Los cuentos con moraleja instan a las mujeres a la obediencia y al acato del sistema establecido. La sociedad ha hecho grandes esfuerzos para constreñirlas en rígidos papeles que anulan nuestra libertad a vivir la vida que deseamos. Nos han enseñado a avergonzarnos de nuestros propios deseos. Así, se nos ha socializado para adaptarnos a unos mandatos de género que ponen en el centro el complacer a los demás. Las mujeres que consiguen vivir para ellas, cumplir sus deseos, se tachan de “malas”.

El anhelo aparece cuando una se da cuenta de que ha dedicado mucho tiempo a complacer a los demás y demasiado poco tiempo a la propia vida, a sus verdaderos sueños.

Y este debe ser el nuevo reto: poder cumplir nuestros sueños al margen de los estereotipos de género para ser dueñas de nuestro propio cuento.