¿Por qué necesitamos una mirada de género y no capacitista en el Día Internacional de la Salud Mental?
La perspectiva de género nos permite tener en cuenta cómo una problemática afecta de forma diferente a mujeres y a hombres por su desigual socialización. Y la perspectiva no capacitista nos permite reconocer que vivimos en una sociedad que considera que hay personas que poseen capacidades más valiosas que otras y, por consiguiente, invisibiliza e infantiliza a las personas que no poseen estas capacidades.
Cuando hablemos de salud mental, si no incorporamos estas dos perspectivas, estamos permitiendo que no se miren y se vulneren derechos humanos básicos de una gran parte de la sociedad.
Por lo tanto, tenemos muchos motivos por los que ampliar nuestra mirada, para tener en cuenta diferentes situaciones que nos pueden situar en diferentes posiciones de vulnerabilidad:
– Porque las mujeres con discapacidad sufren una doble discriminación: por ser mujeres y por tener un trastorno mental.
– Porque el rol de cuidadoras asignado socialmente a las mujeres hace que dediquen el doble de tiempo a tareas de cuidados, generando un claro efecto en su salud mental. Según la Federación Catalana de Salut Mental, el perfil de la persona que cuida de un familiar con problemas de salud mental es una mujer de 64 años que ha dedicado más de 20 años de su vida a cuidar de los demás.
– Porque el riesgo de sufrir violencia machista se multiplica entre las mujeres con discapacidad entre 2 y 4 veces respeto a las mujeres sin ningún diagnóstico de discapacidad, según datos del SME. El 80% de las mujeres con trastornos mentales que vive en pareja ha sufrido algún tipo de violencia por parte de esta pareja.
– Porque más del 26% de las adolescentes con discapacidad ha sufrido violencia sexual, aunque a veces no lo sepan identificar y, por lo tanto, no lo denuncian o, si lo hacen, no se les de credibilidad a causa de su condición o trastorno mental.
– Porque debemos escuchar la voz de las mujeres con problemas de salud mental para que puedan acceder a los derechos, autonomía en todos los ámbitos y tener una vida digna.
– Porque es necesario la construcción de un mercado laboral que tenga en cuenta la necesidades de conciliación para preservar la salud mental de la ciudadanía, sobretodo de las mujeres sobre las que recaen mayoritariamente las tareas domésticas y de cuidados.
Trabajo con personas sin hogar y he podido observar diferentes personas reprimidas sexualmente (gays y transexuales) cuya identidad no se asume personalmente/socialmente y que han sufrido y sufren del no reconocimiento, discriminación etc. además de ser personas sin hogar. Me parece que los problemas de salud mental se acentúan en estas condiciones y son temáticas de exclusión que no se tratan por ser tabúes. El no reconocimiento de la identidad sexual deriva a problemas de salud mental, de discriminación hasta la exclusión total. En el caso de la homosexualidad, es una temática difícil de abordar cuando la persona es de religión musulmana.
En otro caso de transexualidad, la persona quisiera operarse pero por su estado de salud mental desequilibrado no se le permite. Un tema delicado y complejo de tratar e intervenir.